“Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré, sucesivo.”
Esto escribe Borges luego de ser testigo de la infinidad del Aleph, ese rincón diminuto donde el espacio cósmico se exhibe por completo.
¿Cómo transmitirle al resto el infinito, si apenas mi memoria puede abarcarlo?
El problema, según el escritor, es que no hay manera de enumerar siquiera parcialmente el infinito. Cualquier tipo de descripción se verá contaminada por el narrador.
A diferencia de hoy, esa pequeña esfera de 2 o 3 centímetros se encontraba escondida en el sótano de una casa de Buenos Aires, y el acceso era sumamente restringido.
En pleno 2025, cada celular puede ser un Aleph.
En enero de este año, Mikey Shulman, CEO de Suno, una IA para crear música en segundos, dijo que acercar la posibilidad a billones de personas de crear música iba a beneficiar a la industria. Además, según él, la parte que más odiaban los artistas era la etapa de componer y producir. Ahora, con su herramienta, cualquier persona del mundo va a poder crear sus canciones sin pasar por ese proceso de aprendizaje.
Justamente ahora, con 1/4 del siglo XXI atravesado, suponer que el proceso de construcción ya no es parte del trabajo es, cuanto menos, peligroso. Si al menos no ponemos en discusión o intentamos explicar lo que vemos, no habrá manera de narrar lo que queremos expresar. Y eso solo tiene un final: el olvido de todo lo que vivimos.
A través del arte, en este caso la música, las personas lograron expresar momentos, sentimientos y conectar con el resto. Una unión que permite desarrollar una idea y que se sostenga en el tiempo. Poder aunar la narración con una melodía hace que el mensaje sea mucho más poderoso.
Hará cosa de un mes, John Mayer ❤️🔥 colaboró con una marca de cuerdas de guitarra para poder crear la herramienta ideal para un artista. Según Mayer, que no es la primera vez que participa en este tipo de acciones, una guitarra acústica es un gran ecualizador de ideas, y con una buena idea podés conquistar el mundo. Pero claro, para eso hay que saber hacerlo, y eso no es para cualquiera, aunque el que quiera puede intentarlo. Y está perfecto. No todo tiene que ser para todo el mundo.
Entonces, veamos estos dos enfoques:
- Uno dice que nadie quiere atravesar el proceso de creación.
- El otro se encarga de construir la herramienta ideal para poder atravesarlo.
Esta contaminación del narrador de la que habla Borges es clave para poder darle forma al mundo que vivimos. Sin esa visión particular, dejando todo a la buena de una IA, hará que perdamos nuestra esencia para terminar siendo entes.
Esta nota no es una oda a “lo viejo funciona, Juan”. Lo que queremos expresar es muy simple: hay que perderse en el proceso creativo, porque eso es alimento para la memoria. Que algo cueste, como nos pasa con este newsletter, no significa que esté mal. Queremos hacer las cosas bien, y sabemos que eso lleva tiempo. Podríamos pedirle a GPT que nos genere una nota de blog con nuestro estilo y la tendríamos en segundos, pero… ¿para qué? Gracias a esto, releímos El Aleph, charlamos sobre la situación actual y, por sobre todas las cosas, lo narramos para no caer en el olvido.
Conversar, compartir, crear, tirar a la basura, discutir, armar y desarmar. Adoptar las herramientas de ahora, para mantener el pasado presente.
Hasta la próxima.